La empresa también debe cuidar su imagen política y más en año electoral


En el mundo de hoy ya es entendido que la empresa no está aislada y no debe actuar aisladamente, esto debido a que está inmersa en una sociedad a la que debe comprender para llegar a permearla con su propuesta comercial.

Esta lógica implica que el desenvolvimiento operativo y mercadológico de la empresa también debe implementarse desde una perspectiva integral. Esto ha caminado hasta cierto punto en la dinámica corporativa interna, pero cuesta entenderlo todavía en su proyección externa pues es en este escenario en el que se discutirá la credibilidad y reputación que la empresa tenga para con sus mercados.
De manera particular me refiero a que la actividad corporativa también cuenta con un halo político y social que también debe saber dominar.
La empresa de hoy no solo es marca, color, forma, producto, servicio, ventas, marketing. También es propuesta, idea, conducta, razones, convicción, coherencia, escrutinio público. Es decir, que la estrategia de imagen corporativa, a la vez, debe incluir un plan de imagen política que tome en cuenta la construcción de su ser corporativo como un ente confiable que hará todo lo que sea necesario para cumplir con lo que se espera de un buen ciudadano.
Si no me creen miren el giro que toman las empresas cuando pasan una crisis ya sea interna o externa. ¿A qué se debe que realizan acciones políticas y mediáticas para recuperar la confianza del mercado si lo que sucedió pertenece al ámbito“privado”?
Recurren entonces a manejar política e institucionalmente el tema porque en esos momentos las audiencias le pasan lo que llamo “El Filtro de la Confianza” que nada tiene que ver con lo que venden, sino con la manera como se desenvuelven en la sociedad.
Es precisamente en esos momentos en los que se les examina sobre las razones de su fallo, el nivel de madurez social de su conducta y los alcances de su responsabilidad en su respuesta. Es entonces cuando, dependiendo de las señales o estímulos que envíen, se les evalúa como seres políticos y sociales que le van a responder a la sociedad, a un individuo o una colectividad.
Por eso dimensiono que la empresa debe construir y cuidar una imagen política, y más en año electoral, que siente un precedente positivo oportunamente para que cuando lleguen esos momentos de conflicto o crisis con alguna arista política o social que esté en el ojo público, ya se tenga una credibilidad sólida que envíe el mensaje de “pase lo que pase vamos a responder” y de esta manera no resulte dañada la imagen corporativa que resulta el bien más preciado que le va a dar sostenibilidad a la empresa en el corto, mediano y largo plazo.
En resumen: una empresa de multinivel requiere una multiestimulación, que a su vez refuerce una multidimensión de imagen, que envíe un multimensaje de multicredibilidad que consolide la idea de reputación corporativa.


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El Metropolitano

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