La Imagen Pública como estrategia de SoftPower

Si bien el SoftPower, o Poder Blando, es un término utilizado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político para incidir en las acciones o intereses de otros actores valiéndose de medios culturales e ideológicos para el efecto, este concepto también puede aplicarse al ámbito corporativo.

Es decir, la empresa puede concretar el Poder Blando a través de la implementación de una serie de estrategias, una de ellas es el impulso de una estrategia integral de Imagen Pública, que sutilmente y al unísono vayan persuadiendo a los clientes para que piensen y sientan positivamente respecto de la oferta corporativa.

De manera contextualizada en las nuevas lógicas que estamos descubriendo en el Siglo XXI, el poder duro sería la estrategia de mercadeo pura y dura que se enfoca en crear concepciones de las marcas como un ligamen que vincule al cliente con la empresa, mientras que el poder blando sería la imagen pública que trata multilateralmente de conectar a nivel sensorial con el cliente como persona, no solo como consumidor.

Si no lo han visualizado, piensen en que el cliente actual no solo está más informado, sino que también es más prejuicioso y crítico sobre lo que le ofrecen las empresas; así, mientras se siga ampliando la oferta comercial sobre un producto o necesidad específica, el cerebro tiende a aislar los elementos de juicio y valor que deben sobresalir para conseguir un incremento en la satisfacción.

Recientes estudios de este consultor han demostrado que el precio sigue persuadiendo como primer frente de criterio para invertir en un producto o servicio, seguido de la necesidad y hasta de último entra la imagen.

Pero al final siempre habrá un criterio de me gusta o no me gusta que estará guiado sobre si logramos como empresas que el cliente se informe, nos crea y confíe en nuestra apuesta, como nuevo ligamen para que abra permanentemente sus sentidos, no solo a lo que le ofrecemos, sino también a lo que somos como empresas, sujetos corporativos.

Por eso es que la empresa de hoy necesita de un poder blando, un poder sutil que poco a poco, a través de múltiples canales, cree experiencias offline y online que le vayan diciendo realmente a los clientes que se puede confiar en nosotros porque no buscamos una venta, sino una relación.

Así, para lograr lo anterior se necesita de ideas, imágenes, mensajes, formas, colores, discursos, productos, servicio al cliente, efectividad, respeto y confianza para lograr llamar la atención y hacerle ver al cliente que este se merece nuestra respuesta, nuestra oferta; así, con una estrategia adecuada, permearemos las conductas de los clientes y principalmente la forma en la que nos miran.

Si volteas a ver a tu alrededor, el SoftPower lo encuentras a diario pero lo que más grita es el marketing y la publicidad. Si incorporamos una estrategia de Imagen Pública en nuestras empresas estaremos dándole sostenibilidad a los disparadores de la demanda. Por cierto, ¿sabes cuáles son los tuyos? SoftPower en tu agenda diaria.


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