Votando con los pies

¿Manipulación política? Probablemente. ¿Acarreados? Algunos; tal vez. ¿Engañados? Más de alguno habrá. ¿Falta de oportunidades económicas? La mayoría. ¿Pocas oportunidades de trabajo? Casi todos ellos, incluyendo a personas de otras nacionalidades que se han unido a la caravana hondureña que marcha hacia los EE. UU. El común denominador de la gran mayoría de quienes integran esa marcha es la falta de empleos productivos en sus lugares de origen. El trabajo no falta, las remuneraciones adecuadas sí. Una cosa es ocuparse en cualquier tipo de trabajo que se presente, en cualquier tipo de actividad económica con tal de obtener algo a cambio; otra muy distinta es conseguir un empleo productivo, en donde las condiciones tecnológicas, productivas y de mercado de las actividades económicas que demandan trabajadores permitan pagar salarios más altos a sus trabajadores. En función de los indicadores laborales de países como los del Triángulo Norte y la realidad productiva de estos países, lo más probable es que las únicas oportunidades de trabajo para la inmensa mayoría de ciudadanos de estos países sea el autoempleo informal en comercio y servicios, en áreas urbanas, y agrícola de subsistencia, en el área rural. Como se sabe bien, ocupaciones poco productivas, escasamente tecnificadas, orientadas a la producción de bienes o servicios de poco valor económico y con pocas capacidades de crecimiento, incapaces de generar adecuados niveles de ingresos para quienes dependen de ellas.
Contrario a lo que ciertas organizaciones radicales de izquierda, afines a los regímenes de Ortega y Maduro, han dicho respecto de esta caravana, la emigración hacia a EE. UU. se explica en función de las oportunidades que brinda una sociedad libre, capitalista y democrática en donde prevalece el Imperio de la Ley, que, geográficamente hablando, es relativamente accesible. Lo que hace falta en los países de la región es avanzar mucho más en la consolidación de un verdadero sistema capitalista, orientado a crear oportunidades económicas en sectores productivos capaces de absorber grandes cantidades de mano de obra y orientados hacia la exportación de productos y servicios de mayor valor agregado. Nada impedía a los hermanos hondureños haber marchado hacia el “paraíso orteguista” de Nicaragua o, en un extremo, haber solicitado apoyo a Maduro para que los ayudara a trasladarse hacia el “chavista Jardín del Edén” venezolano. Como decía Milton Friedman, “miren la forma en que las personas votan con sus pies antes de juzgar qué sociedad les da mejores condiciones”. Si a la falta de oportunidades económicas se suman la violencia y la inseguridad, así como la corrupción generalizada y falta de esperanza en los sistemas políticos, lo que debería causar extrañeza es que la caravana no sea más grande aun.

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El Metropolitano

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