Diagnóstico de Economía e Infraestructura

  1. El reto de la generación masiva de empleo formal demanda la transformación productiva del país. Este objetivo implica modificar los incentivos económicos actuales a favor de las actividades con alto potencial de generación de empleo formal. Para ello no basta con reformas generales que busquen mejorar la productividad agregada de la economía y su tasa de crecimiento. Hace falta también generar condiciones habilitantes específicas para sectores como la manufactura ligera, los servicios intensivos en mano de obra y agricultura intensiva en mano de obra de alto valor agregado. El desarrollo de los sectores se tiene que reflejar en mejoras en la productividad laboral de manera sostenida y en aumentos en el valor agregado de los productos, que tienen la capacidad de comercializarse a nivel internacional.
  2. Asegurar costos laborales competitivos y predecibles en el tiempo. En función de la importancia que tiene garantizar la creación de empleo, es imprescindible promover reformas que garanticen la competitividad de los costos laborales respecto de los más cercanos competidores, así como la certeza en la evolución de este costo a lo largo del tiempo. Para ello, se requiere modificar el mecanismo y frecuencia con que ahora se fijan los salarios mínimos en función a criterios técnicos e independencia de intereses políticos. Asimismo, es importante avanzar en la flexibilización de las regulaciones laborales, procurando generar condiciones que garanticen la certeza jurídica de las nuevas reglas, así como su estricto cumplimiento. Mediano plazo: 1. La creación de condiciones habilitantes para sectores estratégicos conlleva desarrollar una estrategia de desarrollo industrial. Tal estrategia incluye el desarrollo de nuevos regímenes de incentivos, sujetos a metas de desempeño y acordes con la normativa internacional; reformar el sistema aduanero para apuntalar la orientación exportadora de la estrategia; priorizar la construcción de obras de infraestructura productiva para los sectores estratégicos; focalizar las intervenciones de gobierno en zonas geográficas estratégicas, con alto potencial logístico o dotación de materias primas. 2. Eliminar, racionalizar y alinear la regulación económica. La regulación económica no debe ser un obstáculo para el desarrollo, para ello hay que reducirla al mínimo necesario y rediseñarla en función al principio de “oponer la menor resistencia” al funcionamiento del sistema económico, así como alinearla con relación al objetivo de generar empleo. Largo plazo: Desarrollo de Zonas Económicas Especiales. Focalizar las reformas e incentivos a los sectores que se busca priorizar, garantizando circunstancias que les permitan competir internacionalmente, en áreas delimitadas que ofrezcan condiciones óptimas para promover la generación de empleo formal, atracción de inversiones, cumplimiento de la regulación y costos laborales competitivos.



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El Metropolitano

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